Inyección estratosférica de aerosoles

Type

Manejo de la Radiación Solar

Areas of deployment

Estratosfera

Proposal

Rociar dióxido de azufre y otros aerosoles en la estratósfera para bloquear el sol.

Featured project

Name: Stardust Solutions
Location: Israel

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Las propuestas de SAI consisten en liberar grandes cantidades de partículas de azufre (como el dióxido de azufre) en la estratósfera (la capa superior de la atmósfera) para que actúen como barrera reflejante contra la luz solar que entra. Las propuestas van desde disparar partículas desde cañones de artillería, utilizar grandes mangueras o liberar partículas enviadas desde la parte trasera de los aviones. También se ha considerado la posibilidad de utilizar partículas autolevitantes u otros minerales reflejantes (como el titanio y el aluminio).

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Description and purpose of the technology

La inyección estratosférica de aerosoles (SAI, por sus siglas en inglés) es una propuesta teórica de geoingeniería solar para rociar grandes cantidades de diminutas partículas reflejantes en la estratósfera, una capa superior de la atmósfera terrestre, con  la meta de bajar algo la temperatura del planeta reflejando la luz solar hacia el espacio. Plantean rociar
partículas reflectantes como dióxidos de azufre, sal finamente pulverizada o carbonato de calcio, desde aviones, disparando las partículas desde cañones de artillería o utilizando grandes mangueras para llegar al cielo. 

Ninguno de estos enfoques de geoingeniería solar aborda las causas subyacentes del cambio climático. Lo que pretenden es controlar parte de la radiación solar entrante emulando las nubes de polvo ricas en azufre que permanecen en la atmósfera tras grandes erupciones volcánicas. A diferencia de una erupción volcánica, la inyección estratosférica de aerosoles supone la inyección constante de partículas para mantener las capas artificiales. 

La inyección estratosférica de aerosoles con dióxido de azufre es la propuesta más estudiada. Simulaciones por computadora sugieren que esta técnica probablemente causaría sequías en África y Asia y estiman que podría poner en peligro las fuentes de alimentos y agua de dos mil millones de personas. Debido a los impactos globales desiguales y a su potencial para ser convertida en arma, la geoingeniería solar conlleva desafíos insuperables para la gobernanza. Por ello, cientos de investigadores y organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo están haciendo un llamado para la prohibición global de la geoingeniería solar. [1]

Actors involved

La investigación sobre la inyección estratosférica de aerosoles se basa en gran medida en la modelización realizada en el hemisferio norte, en instituciones estadunidenses, como la Universidad de Harvard. Sus principales apoyos financieros son el gobierno de Estados Unidos y fundaciones filantrópicas asociadas con multimillonarios del mundo tecnológico y personas adineradas, como Bill Gates. En 2019, el gobierno de Estados Unidos asignó 4 millones de dólares a la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) para realizar investigaciones sobre geoingeniería solar. La inyección estratosférica de aerosoles con dióxido de azufre es uno de los enfoques que explora la NOAA. 

La Iniciativa DEveloping country Governance REsearch and Evaluation for SRM (Degrees) pretende facilitar la participación de los países del Sur Global en la investigación relacionada con el despliegue y la gobernanza de la geoingeniería solar, para darle más legitimidad y la impresión de que no está dominada por los intereses del Norte. Las investigaciones que ha publicado hasta la fecha se han centrado casi exclusivamente en el despliegue de la geoingeniería solar, y las estructuras de toma de decisiones y las fuentes de financiación de la organización están dominadas por académicos y fundaciones del Norte Global.

Los únicos experimentos de campo SAI conocidos hasta la fecha son:

  • Pruebas realizadas por una institución rusa en 2009 en las que se inyectaron sulfatos en la tropósfera. [2] 
  • Make Sunsets, fundada en octubre de 2022, que ha realizado vuelos de prueba no autorizados con globos meteorológicos de helio y partículas de azufre desde Baja California (cerca de La Ventana, Mexico), Reno (Nevada, EE UU) y en California, incluida la bahía de San Francisco. En enero de 2023, un mes después de que los experimentos de La Ventana se hicieran públicos, el gobierno mexicano los prohibió. Desde entonces, Make Sunset ha lanzado más globos en Estados Unidos.
  • En marzo de 2023, se reveló que investigadores del Reino Unido habían llevado a cabo dos experimentos al aire libre para probar la inyección estratosférica de aerosoles (SAI) lanzando a la estratósfera un globo meteorológico de gran altitud lleno de helio y dióxido de azufre. Los investigadores denominaron al proyecto SATAN (Stratospheric Aerosol Transport and Nucleation). El lugar de lanzamiento fue European Astrotech Ltd en Aylesbury, Buckinghamshire, en el sureste de Inglaterra.

SCoPEx: Experimento de inyección estratosférica de aerosoles 

David Keith, con sede en la Universidad de Harvard, es el principal promotor de la geoingeniería solar. Tiene inversiones en esta tecnología, ha cabildeado gobiernos y gestiona, junto con Ken Caldeira, el Fondo para la Investigación Innovadora del Clima y la Energía (FICER, por sus siglas en inglés), un fondo multimillonario para la geoingeniería financiado por Bill Gates desde 2007. Keith también comisionó un estudio a una empresa aeroespacial estadunidense que argumenta la viabilidad del despliegue a gran escala de las tecnologías de geoingeniería solar. A principios de 2017, puso en marcha el Programa de Investigación de Geoingeniería Solar de Harvard, con la meta de recaudar 20 millones de dólares de financiamiento de varios multimillonarios y fundaciones privadas. [3]  Junto con otros ingenieros e investigadores, Keith ha propuesto una serie de experimentos de campo [4], entre ellos el Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx, por sus siglas en inglés) al aire libre.

El objetivo explícito de este experimento es adquirir más datos para la modelización de la geoingeniería solar y poder predecir los efectos a mayor escala de la inyección estratosférica de aerosoles, mediante el monitoreo de las propiedades de reflectividad de las partículas inyectadas y su impacto en la atmósfera circundante. Prevén pruebas de campo para dispersar partículas de diferentes sustancias químicas desde un globo en la estratósfera a una altura de 20 kilómetros sobre la Tierra. El globo se dirigirá desde tierra y estará equipado con instrumentos científicos, incluyendo sensores para recolección de datos. [5]

Más que un experimento científico, este experimento de geoingeniería solar se ha señalado como un ejercicio de relaciones públicas —un modo de ir construyendo aceptación de los experimentos en el mundo real, con el fin de preparar el camino para pruebas de mayor alcance y duración que lleven en última instancia al despliegue a gran escala de este tipo de geoingeniería. [6] Sin embargo, tras años de presión y campañas concertadas por grupos de la sociedad civil y organizaciones de pueblos indígenas, SCoPEx se canceló a principios de 2024, antes de que pudiera llevar a cabo con éxito un experimento al aire libre. David Kieth también ha pasado a dirigir la iniciativa de Ingeniería de Sistemas Climáticos de la Universidad de Chicago, que también tiene previsto realizar experimentos de SAI.

Otros actores

Hay grandes empresas para las que “salvar el mundo” —exclusivamente a través de algún tipo de “solución” tecnológica— se está convirtiendo cada vez más en un requisito estructural para continuar con su negocio, sobre todo cuando dependen en gran medida de los combustibles fósiles. Estas compañías tratan de cambiar las normas políticas para que nociones y actividades antes impensables —como la geoingeniería solar y otras propuestas— empiecen a ser más conocidas y aceptables. 

ExxonMobil es una de esas empresas. El Dr. Haroon Kheshgi, su asesor científico principal, es la persona de contacto de Exxon en materia de geoingeniería, contratado en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. [7] A través de sus esfuerzos, ExxonMobil ha influido en informes “independientes” sobre geoingeniería y ha financiado un informe que aboga por la remoción de dióxido de carbono y la geoingeniería solar. Khesgi también ha sido autor en varios informes del IPCC y ha sido denunciado por la sociedad civil por esta participación. El ex director general de ExxonMobil y ex Secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, ha descrito el cambio climático como un “problema de ingeniería” con “soluciones de ingeniería.” [8]

Otras empresas de combustibles fósiles también tienen vínculos con la geoingeniería solar, incluido el jefe de cabildeo de Shell, David Hone, que es un ferviente defensor de las “emisiones negativas” y apoya cada vez más abiertamente la geoingeniería solar [9]. Steve Koonin, antiguo jefe científico de BP, dirigió un proyecto para evaluar la viabilidad técnica de los experimentos de geoingeniería solar. [10]

El científico en jefe y vicepresidente de Sistemas Integrados de Defensa de Boeing, David Whelan (antes parte de DARPA), también participa activamente en los debates sobre geoingeniería, afirmando que hay un pequeño equipo en Boeing que estudia la cuestión. Ha puesto en discusión pública la viabilidad técnica de hacer llegar megatoneladas de sulfatos en aerosol a diferentes niveles de la estratósfera mediante aviones o cañones grandes. [11]

Impacts of the technology

Al igual que con todas las tecnologías de geoingeniería solar que sólo abordan las temperaturas globales de la superficie, cabe esperar perturbaciones dramáticas en el sistema climático si se despliega la inyección estratosférica de aerosoles. La inyección estratosférica de aerosoles (SAI) podría modificar el equilibrio radiativo de la Tierra y está asociada a importantes riesgos potenciales e incertidumbres: impactos extremos en fenómenos meteorológicos, ecosistemas, alteración de patrones de lluvia y rendimientos agrícolas; mayor erosión de la capa de ozono, disminución de efectividad de la producción de energía solar, impactos en la salud humana y muchos más. [12]

Las primeras investigaciones sobre inyección estratosférica de aerosoles realizadas por el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido descubrieron que la SAI podría provocar una grave sequía en la región africana del Sahel. Aunque los investigadores argumentan que ese efecto negativo podría supuestamente contrarrestarse inyectando partículas también en la estratósfera del hemisferio sur, esto probablemente provocaría falta de lluvias en el noreste de Brasil y otras regiones. [13]

Un reciente estudio de modelización que simula los efectos climáticos de la SAI encontró posibles consecuencias negativas similares. La inyección en el hemisferio norte podría atenuar los huracanes en el Atlántico Norte, lo que podría ser una buena noticia para el Caribe, pero probablemente crearía más sequías en el África subsahariana y en partes de India. Inyectar aerosoles en el hemisferio sur no crearía sequías, pero sí más huracanes en el Atlántico Norte. [14]

El calentamiento regional también es probable, según los resultados del Proyecto de Intercomparación de Modelos de Geoingeniería (GeoMIP) publicado en 2014. En él se planteó que las temperaturas en los trópicos se podrían enfriar como consecuencia de la inyección estratosférica de aerosoles, pero que las latitudes más altas se calentarían y las capas de hielo y el hielo marino del Ártico seguirían disminuyendo, mientras que las anomalías de temperaturas extremas seguirían aumentando. 

El llamado efecto de interrupción o “choque de terminación” es otro riesgo importante: “Si la geoingeniería se detuviera de golpe, se produciría un rápido aumento de la temperatura y de las precipitaciones a un ritmo entre 5 y 10 veces superior al del calentamiento global gradual”. [15] Un estudio científico publicado en Nature en 2018 demostró que el choque causado por la interrupción repentina de la geoingeniería solar tendría graves impactos en la biodiversidad. Esto significa que detener la inyección estratosférica de aerosoles una vez comenzada podría ser más peligroso que la situación antes de iniciarla. El agotamiento de la capa de ozono es otro efecto secundario importante de SAI. [16]

Los estudios sobre los impactos de SAI en la salud pública son limitados, pero un análisis reciente sugiere que se pueden esperar impactos adversos. Se sabe poco sobre la toxicidad de algunos de los aerosoles que se han sugerido y no hay consenso sobre cuáles son los niveles aceptables de exposición a estos aerosoles. En caso de que se desplegara la inyección estratosférica de aerosoles hay muy pocas formas de evaluar sus posibles impactos en la salud pública. [17]

La geoingeniería solar exacerba los desequilibrios de poder a nivel mundial 

La perspectiva de controlar las temperaturas globales plantea serias cuestiones de poder
y justicia: si la geoingeniería solar funciona, ¿quién puede controlar el termostato de la Tierra y ajustar el clima para sus propios intereses? ¿Quién tomará la decisión de desplegarla a gran escala si se considerara que estas medidas tan drásticas son técnicamente viables, y los intereses de quiénes quedarán  al margen? 

El riesgo de convertir la inyección estratosférica de aerosoles en un arma es considerable. La idea de controlar el clima se originó con las estrategias militares, lo que llevó a la firma de la Convención internacional que prohíbe utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros fines hostiles (ENMOD, por sus siglas en inglés). Los líderes militares de Estados Unidos y otros países han pensado desde hace décadas sobre las posibilidades de manipular el clima para utilizarlo como arma. Que el objetivo explícito de una tecnología sea “combatir el cambio climático” no garantiza que su uso se limite sólo a esa aplicación. El historiador James Fleming sostiene que si alguien puede controlar el termostato de la Tierra, esto puede y será utilizado con fines militares. Incluso antes de su uso hostil, cualquier estado o actor que afirme ser capaz de alterar los patrones climáticos globales tendrá una poderosa moneda de cambio geopolítica con la que amenazar e intimidar. [18]

La geoingeniería solar es la excusa perfecta para la inacción ante el cambio climático 

La geoingeniería solar y la geoingeniería en general funcionan como una “excusa perfecta” tanto para negacionistas del cambio climático, como para industrias y gobiernos que buscan evitar los costos políticos de las reducciones de carbono y continuar con sus negocios como siempre. Para quienes buscan paralizar una acción climática significativa, el desarrollo activo de herramientas y experimentos  de geoingeniería se presenta como la vía preferida para abordar el cambio climático y se utiliza como argumento para suavizar las restricciones que se deben imponer a las industrias que emiten grandes cantidades de carbono. Esta argumentación ya es usada por centros de estudio conservadores en Estados Unidos, como el American Enterprise Institute.

Además, una vez desplegada la geoingeniería solar, su interrupción repentina provocaría un efecto de terminación que aumentaría rápidamente las temperaturas, creando  una situación peor que antes de su despliegue. Por tanto, la geoingeniería solar crearía dependencia y mercados cautivos. [19]

La gobernanza de la geoingeniería solar parece ser imposible 

Existe una moratoria de facto sobre la geoingeniería relacionada con el clima en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés), que articula claramente la necesidad de un mecanismo regulador global y transparente para la gobernanza antes de que se considere la experimentación.196 países están de acuerdo en que se requiere un mecanismo multilateral porque reconocen que los impactos potenciales y los efectos secundarios de la geoingeniería estarán injustamente distribuidos globalmente. 

Dado que la geoingeniería solar podría ser una herramienta para controlar el termostato de la Tierra que usen quienes tienen los recursos legales, económicos y tecnológicos, cualquier paso para hacer realidad esas capacidades debe ser acordado por consenso por todos los miembros de la ONU. Si todos los gobiernos pudieran ponerse efectivamente de acuerdo sobre una cuestión tan compleja, con tantos aspectos sociales, económicos, ambientales e intergeneracionales en juego, incluyendo cómo y quién asumirá el costo y la carga de los impactos negativos y los daños, y si los países tuvieran la capacidad de aplicar las medidas climáticas necesarias y acordadas, que exigen persistencia y coherencia durante décadas o incluso siglos, posiblemente no existiría la crisis climática, pues podrían haber acordado normas claras y vinculantes para detener el exceso de emisiones antes de que llegaran a la actual situación. Incluso el Acuerdo de París, que parece una milagrosa convergencia de voluntades políticas, sólo duró algunos meses tras entrar en vigor antes de que Estados Unidos, país que es el mayor emisor histórico de gases de efecto invernadero, declarara que no lo respetaría. 

El fracaso en lograr una gobernanza climática internacional justa y efectiva es un claro argumento en contra de seguir adelante con la geoingeniería y en particular con la geoingeniería solar, que es profundamente injusta y compleja y para la que hay escasas perspectivas de establecer el acuerdo que se necesitaría para gobernarla. Tal acuerdo requiere ser realmente democrático, tomar las decisiones por consenso, global y multilateral, (en todos esos casos porque de lo contrario, países poderosos o una mayoría puede imponer a otros que sufran los daños) jurídicamente vinculante y de siglos de duración. Sin un mecanismo de gobernanza justo, una vez desarrolladas las herramientas será extremadamente difícil —o imposible— impedir que actores y gobiernos poderosos las utilicen, para su conveniencia y/o en contra de otros países. Por tanto, la gobernanza más adecuada para la geoingeniería solar es la prohibición. 

Reality check

Aunque los experimentos al aire libre se han opuesto con éxito en varios casos, lo que ha limitado la investigación a la modelización informática y a una serie de experimentos de campo a pequeña escala, SAI sigue considerándose la opción de geoingeniería solar más viable. En consecuencia, varios actores están trabajando duro para normalizar la investigación y los experimentos de SAI, lo que podría llevar a que la tecnología se desarrolle rápidamente. La cancelación del proyecto SCoPEx es el ejemplo más destacado de la eficacia de la oposición de la sociedad civil a la geoingeniería solar.

Further reading

Para más información sobre la inyección estratosférica de aerosoles, ScoPEx y la gobernanza de la geoingeniería solar, consulte: 

End notes

[1] Jones et al. (2017) Impactos de la geoingeniería solar hemisférica en la frecuencia de ciclones tropicales, en: Nat Commun, Vol. 8 (1382), https://doi.org/10.1038/s41467-017-01606-0; Fuhr (2019) Geoingeniería en UNEA-4: ¿Por qué los SDGs requieren un debate de gobernanza basado en la precaución, los derechos y la equidad?, en IISD, SDG Knowledge Hub, publicado en línea: 5 de marzo de 2019,  http://sdg.iisd.org/commentary/guest-articles/geoengineering-at-unea-4-why-the-sdgs-require-a-governance-debate-based-on-precaution-rights-and-fairness/; Robock, et al. (2010) ¿Una prueba para la geoingeniería?, en: Science, Vol. 327(5965): 530 – 531, http://doi.org/10.1126/science.1186237 

[2] Stephens y Surprise (2019) Las injusticias ocultas del avance de la investigación en geoingeniería solar, en: Global Sustainability, Vol. 3: 1 – 6, https://doi.org/10.1017/sus.2019.28; Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería, https://map.geoengineeringmonitor.org/; Kravitz y MacMartin (2020) La incertidumbre y la base de la confianza en la investigación en geoingeniería solar, en: Nat Rev Earth Environ, Vol. 1: 64 -75, https://doi.org/10.1038/s43017-019-0004-7 

[3] Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Fondo para la Investigación Innovadora en Clima y Energía (FICER), https://map.geoengineeringmonitor.org/other/fund-for-innovative-climate-and-energy-research-ficer/; Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Programa de Investigación de Geoingeniería Solar de Harvard, https://map.geoengineeringmonitor.org/other/harvard_s-solar-geoengineering-research-program/ 

[4] Keith, et al. (2014) Experimentos de campo sobre geoingeniería solar: informe de un taller que explora un portafolio de investigación representativo, en: Phil. Trans. R. Soc. A, Vol. 372(2031), https://doi.org/10.1098/rsta.2014.0175 

[5] Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx), https://map.geoengineeringmonitor.org/Solar-Radiation-Management/stratospheric-controlled-perturbation-experiment-scopex/  

[6] Pierrehumbert (2017) El problema de los geoingenieros “hackeando el planeta”, en Bulletin of the Atomic Scientists, publicado el 23 de junio de 2017, https://thebulletin.org/2017/06/the-trouble-with-geoengineers-hacking-the-planet/ 

[7] Zundel (2017) Administración Trump: ¿una administración de geoingeniería?, informe del grupo ETC, 28 de marzo de 2017, www.etcgroup.org/content/trump-administration-geoengineering-administration 

[8] Associated Press (2012) Los temores sobre el cambio climático son exagerados, dice el jefe de ExxonMobil, en: The Guardian, 28 de junio de 2012, www.guardian.co.uk/environment/2012/jun/28/exxonmobil-climate-change-rex-tillerson; Grupo ETC (2017) Sociedad civil: “Las empresas petroleras no deberían ser las autoras del informe del IPCC”, publicado el 3 de mayo de 2017, https://www.etcgroup.org/content/open-letter-ipcc-108-civil-society-organizations 

[9] Hone (2017) El tabú de la geoingeniería, en: EnergyPost, 26 de junio de 2017, http://energypost.eu/the-geo-engineering-taboo/ 

[10] Blackstock, et al. (2009) Respuestas de ingeniería climática a las emergencias climáticas, Novim, https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/0907/0907.5140.pdf 

[11] Fora.tv (2010) Geoingeniería: ¿Salvación global o ruina? , Podcast de audio producido por Commonwealth Club of California, https://www.commonwealthclub.org/events/archive/podcast/geo-engineering-global-salvation-or-ruin 

[12] Kravitz y MacMartin (2020); Robock, et al. (2015) 20 razones por las que la geoingeniería puede ser una mala idea, en: Bulletin of the Atomic Scientists, Vol. 64(2):14 – 59, https://doi.org/10.1080/00963402.2008.11461140 

[13] Radford (2013) La geoingeniería podría provocar sequía en el Sahel, en: Climate Home News, 2 de abril de 2013, http://www.climatechangenews.com/2013/04/02/geoengineering-could-cause-drought-in-sahel/ 

[14] Jones, et al. (2017)

[15] Robock (2014), Geoingeniería de aerosoles estratosféricos, en: Issues in Environmental Science and Technology, Vol. 38, http://climate.envsci.rutgers.edu/pdf/RobockStratAerosolGeo.pdf 

[16] Heckendorn, et al. (2009) El impacto de los aerosoles de geoingeniería en la temperatura estratosférica y el ozono, en: Environ. Res. Lett., Vol. 4(4), https://doi.org/10.1088/1748-9326/4/4/045108; Trisos, et al. (2018) Consecuencias potencialmente peligrosas para la biodiversidad por la implementación y finalización de la geoingeniería solar, en Nature Ecology & Evolution, Vol 2, https://doi.org/10.1038/s41559-017-0431-0 

[17] Effiong y Neitzel (2016) Evaluación de los impactos directos en la salud pública y ocupacional de la gestión de la radiación solar con aerosoles estratosféricos, en: Environ. Health, Vol. 15 (7), https://doi.org/10.1186/s12940-016-0089-0 

[18] Fleming (2010) Arreglando el cielo: la accidentada historia del control del clima y del tiempo, Columbia University Press, New York, ISBN 9780231144131; Stephens y Surprise (2019); Heyen, et al. (2019) Implicaciones estratégicas de la contra-geoingeniería: ¿Choque o cooperación?, en Journal of Environmental Economics and Management, Vol 95, https://doi.org/10.1016/j.jeem.2019.03.005 

[19] Grupo ETC (2010) Geopiratería: El caso contra la geoingeniería, Comunicado 103, http://etcgroup.org/content/geopiracy-case-against-geoengineering; Robock (2014)

[20] Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Experimento de campo en Rusia, https://map.geoengineeringmonitor.org/Solar-Radiation-Management/field-experiment-in-russia/ 

Inyección estratosférica de aerosoles

TIPO

Manejo de la Radiación Solar

Zonas de despliegue

Estratosfera

Propuesta

Rociar dióxido de azufre y otros aerosoles en la estratósfera para bloquear el sol.

Proyecto destacado

Nombre: Stardust Solutions
Localización: Israel

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Las propuestas de SAI consisten en liberar grandes cantidades de partículas de azufre (como el dióxido de azufre) en la estratósfera (la capa superior de la atmósfera) para que actúen como barrera reflejante contra la luz solar que entra. Las propuestas van desde disparar partículas desde cañones de artillería, utilizar grandes mangueras o liberar partículas enviadas desde la parte trasera de los aviones. También se ha considerado la posibilidad de utilizar partículas autolevitantes u otros minerales reflejantes (como el titanio y el aluminio).

Última actualización de la tecnología

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Descripción y propósito de la tecnología

La inyección estratosférica de aerosoles (SAI, por sus siglas en inglés) es una propuesta teórica de geoingeniería solar para rociar grandes cantidades de diminutas partículas reflejantes en la estratósfera, una capa superior de la atmósfera terrestre, con  la meta de bajar algo la temperatura del planeta reflejando la luz solar hacia el espacio. Plantean rociar
partículas reflectantes como dióxidos de azufre, sal finamente pulverizada o carbonato de calcio, desde aviones, disparando las partículas desde cañones de artillería o utilizando grandes mangueras para llegar al cielo. 

Ninguno de estos enfoques de geoingeniería solar aborda las causas subyacentes del cambio climático. Lo que pretenden es controlar parte de la radiación solar entrante emulando las nubes de polvo ricas en azufre que permanecen en la atmósfera tras grandes erupciones volcánicas. A diferencia de una erupción volcánica, la inyección estratosférica de aerosoles supone la inyección constante de partículas para mantener las capas artificiales. 

La inyección estratosférica de aerosoles con dióxido de azufre es la propuesta más estudiada. Simulaciones por computadora sugieren que esta técnica probablemente causaría sequías en África y Asia y estiman que podría poner en peligro las fuentes de alimentos y agua de dos mil millones de personas. Debido a los impactos globales desiguales y a su potencial para ser convertida en arma, la geoingeniería solar conlleva desafíos insuperables para la gobernanza. Por ello, cientos de investigadores y organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo están haciendo un llamado para la prohibición global de la geoingeniería solar. [1]

Actores involucrados

La investigación sobre la inyección estratosférica de aerosoles se basa en gran medida en la modelización realizada en el hemisferio norte, en instituciones estadunidenses, como la Universidad de Harvard. Sus principales apoyos financieros son el gobierno de Estados Unidos y fundaciones filantrópicas asociadas con multimillonarios del mundo tecnológico y personas adineradas, como Bill Gates. En 2019, el gobierno de Estados Unidos asignó 4 millones de dólares a la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) para realizar investigaciones sobre geoingeniería solar. La inyección estratosférica de aerosoles con dióxido de azufre es uno de los enfoques que explora la NOAA. 

La Iniciativa DEveloping country Governance REsearch and Evaluation for SRM (Degrees) pretende facilitar la participación de los países del Sur Global en la investigación relacionada con el despliegue y la gobernanza de la geoingeniería solar, para darle más legitimidad y la impresión de que no está dominada por los intereses del Norte. Las investigaciones que ha publicado hasta la fecha se han centrado casi exclusivamente en el despliegue de la geoingeniería solar, y las estructuras de toma de decisiones y las fuentes de financiación de la organización están dominadas por académicos y fundaciones del Norte Global.

Los únicos experimentos de campo SAI conocidos hasta la fecha son:

  • Pruebas realizadas por una institución rusa en 2009 en las que se inyectaron sulfatos en la tropósfera. [2] 
  • Make Sunsets, fundada en octubre de 2022, que ha realizado vuelos de prueba no autorizados con globos meteorológicos de helio y partículas de azufre desde Baja California (cerca de La Ventana, Mexico), Reno (Nevada, EE UU) y en California, incluida la bahía de San Francisco. En enero de 2023, un mes después de que los experimentos de La Ventana se hicieran públicos, el gobierno mexicano los prohibió. Desde entonces, Make Sunset ha lanzado más globos en Estados Unidos.
  • En marzo de 2023, se reveló que investigadores del Reino Unido habían llevado a cabo dos experimentos al aire libre para probar la inyección estratosférica de aerosoles (SAI) lanzando a la estratósfera un globo meteorológico de gran altitud lleno de helio y dióxido de azufre. Los investigadores denominaron al proyecto SATAN (Stratospheric Aerosol Transport and Nucleation). El lugar de lanzamiento fue European Astrotech Ltd en Aylesbury, Buckinghamshire, en el sureste de Inglaterra.

SCoPEx: Experimento de inyección estratosférica de aerosoles 

David Keith, con sede en la Universidad de Harvard, es el principal promotor de la geoingeniería solar. Tiene inversiones en esta tecnología, ha cabildeado gobiernos y gestiona, junto con Ken Caldeira, el Fondo para la Investigación Innovadora del Clima y la Energía (FICER, por sus siglas en inglés), un fondo multimillonario para la geoingeniería financiado por Bill Gates desde 2007. Keith también comisionó un estudio a una empresa aeroespacial estadunidense que argumenta la viabilidad del despliegue a gran escala de las tecnologías de geoingeniería solar. A principios de 2017, puso en marcha el Programa de Investigación de Geoingeniería Solar de Harvard, con la meta de recaudar 20 millones de dólares de financiamiento de varios multimillonarios y fundaciones privadas. [3]  Junto con otros ingenieros e investigadores, Keith ha propuesto una serie de experimentos de campo [4], entre ellos el Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx, por sus siglas en inglés) al aire libre.

El objetivo explícito de este experimento es adquirir más datos para la modelización de la geoingeniería solar y poder predecir los efectos a mayor escala de la inyección estratosférica de aerosoles, mediante el monitoreo de las propiedades de reflectividad de las partículas inyectadas y su impacto en la atmósfera circundante. Prevén pruebas de campo para dispersar partículas de diferentes sustancias químicas desde un globo en la estratósfera a una altura de 20 kilómetros sobre la Tierra. El globo se dirigirá desde tierra y estará equipado con instrumentos científicos, incluyendo sensores para recolección de datos. [5]

Más que un experimento científico, este experimento de geoingeniería solar se ha señalado como un ejercicio de relaciones públicas —un modo de ir construyendo aceptación de los experimentos en el mundo real, con el fin de preparar el camino para pruebas de mayor alcance y duración que lleven en última instancia al despliegue a gran escala de este tipo de geoingeniería. [6] Sin embargo, tras años de presión y campañas concertadas por grupos de la sociedad civil y organizaciones de pueblos indígenas, SCoPEx se canceló a principios de 2024, antes de que pudiera llevar a cabo con éxito un experimento al aire libre. David Kieth también ha pasado a dirigir la iniciativa de Ingeniería de Sistemas Climáticos de la Universidad de Chicago, que también tiene previsto realizar experimentos de SAI.

Otros actores

Hay grandes empresas para las que “salvar el mundo” —exclusivamente a través de algún tipo de “solución” tecnológica— se está convirtiendo cada vez más en un requisito estructural para continuar con su negocio, sobre todo cuando dependen en gran medida de los combustibles fósiles. Estas compañías tratan de cambiar las normas políticas para que nociones y actividades antes impensables —como la geoingeniería solar y otras propuestas— empiecen a ser más conocidas y aceptables. 

ExxonMobil es una de esas empresas. El Dr. Haroon Kheshgi, su asesor científico principal, es la persona de contacto de Exxon en materia de geoingeniería, contratado en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. [7] A través de sus esfuerzos, ExxonMobil ha influido en informes “independientes” sobre geoingeniería y ha financiado un informe que aboga por la remoción de dióxido de carbono y la geoingeniería solar. Khesgi también ha sido autor en varios informes del IPCC y ha sido denunciado por la sociedad civil por esta participación. El ex director general de ExxonMobil y ex Secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, ha descrito el cambio climático como un “problema de ingeniería” con “soluciones de ingeniería.” [8]

Otras empresas de combustibles fósiles también tienen vínculos con la geoingeniería solar, incluido el jefe de cabildeo de Shell, David Hone, que es un ferviente defensor de las “emisiones negativas” y apoya cada vez más abiertamente la geoingeniería solar [9]. Steve Koonin, antiguo jefe científico de BP, dirigió un proyecto para evaluar la viabilidad técnica de los experimentos de geoingeniería solar. [10]

El científico en jefe y vicepresidente de Sistemas Integrados de Defensa de Boeing, David Whelan (antes parte de DARPA), también participa activamente en los debates sobre geoingeniería, afirmando que hay un pequeño equipo en Boeing que estudia la cuestión. Ha puesto en discusión pública la viabilidad técnica de hacer llegar megatoneladas de sulfatos en aerosol a diferentes niveles de la estratósfera mediante aviones o cañones grandes. [11]

Impactos de la tecnología

Al igual que con todas las tecnologías de geoingeniería solar que sólo abordan las temperaturas globales de la superficie, cabe esperar perturbaciones dramáticas en el sistema climático si se despliega la inyección estratosférica de aerosoles. La inyección estratosférica de aerosoles (SAI) podría modificar el equilibrio radiativo de la Tierra y está asociada a importantes riesgos potenciales e incertidumbres: impactos extremos en fenómenos meteorológicos, ecosistemas, alteración de patrones de lluvia y rendimientos agrícolas; mayor erosión de la capa de ozono, disminución de efectividad de la producción de energía solar, impactos en la salud humana y muchos más. [12]

Las primeras investigaciones sobre inyección estratosférica de aerosoles realizadas por el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido descubrieron que la SAI podría provocar una grave sequía en la región africana del Sahel. Aunque los investigadores argumentan que ese efecto negativo podría supuestamente contrarrestarse inyectando partículas también en la estratósfera del hemisferio sur, esto probablemente provocaría falta de lluvias en el noreste de Brasil y otras regiones. [13]

Un reciente estudio de modelización que simula los efectos climáticos de la SAI encontró posibles consecuencias negativas similares. La inyección en el hemisferio norte podría atenuar los huracanes en el Atlántico Norte, lo que podría ser una buena noticia para el Caribe, pero probablemente crearía más sequías en el África subsahariana y en partes de India. Inyectar aerosoles en el hemisferio sur no crearía sequías, pero sí más huracanes en el Atlántico Norte. [14]

El calentamiento regional también es probable, según los resultados del Proyecto de Intercomparación de Modelos de Geoingeniería (GeoMIP) publicado en 2014. En él se planteó que las temperaturas en los trópicos se podrían enfriar como consecuencia de la inyección estratosférica de aerosoles, pero que las latitudes más altas se calentarían y las capas de hielo y el hielo marino del Ártico seguirían disminuyendo, mientras que las anomalías de temperaturas extremas seguirían aumentando. 

El llamado efecto de interrupción o “choque de terminación” es otro riesgo importante: “Si la geoingeniería se detuviera de golpe, se produciría un rápido aumento de la temperatura y de las precipitaciones a un ritmo entre 5 y 10 veces superior al del calentamiento global gradual”. [15] Un estudio científico publicado en Nature en 2018 demostró que el choque causado por la interrupción repentina de la geoingeniería solar tendría graves impactos en la biodiversidad. Esto significa que detener la inyección estratosférica de aerosoles una vez comenzada podría ser más peligroso que la situación antes de iniciarla. El agotamiento de la capa de ozono es otro efecto secundario importante de SAI. [16]

Los estudios sobre los impactos de SAI en la salud pública son limitados, pero un análisis reciente sugiere que se pueden esperar impactos adversos. Se sabe poco sobre la toxicidad de algunos de los aerosoles que se han sugerido y no hay consenso sobre cuáles son los niveles aceptables de exposición a estos aerosoles. En caso de que se desplegara la inyección estratosférica de aerosoles hay muy pocas formas de evaluar sus posibles impactos en la salud pública. [17]

La geoingeniería solar exacerba los desequilibrios de poder a nivel mundial 

La perspectiva de controlar las temperaturas globales plantea serias cuestiones de poder
y justicia: si la geoingeniería solar funciona, ¿quién puede controlar el termostato de la Tierra y ajustar el clima para sus propios intereses? ¿Quién tomará la decisión de desplegarla a gran escala si se considerara que estas medidas tan drásticas son técnicamente viables, y los intereses de quiénes quedarán  al margen? 

El riesgo de convertir la inyección estratosférica de aerosoles en un arma es considerable. La idea de controlar el clima se originó con las estrategias militares, lo que llevó a la firma de la Convención internacional que prohíbe utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros fines hostiles (ENMOD, por sus siglas en inglés). Los líderes militares de Estados Unidos y otros países han pensado desde hace décadas sobre las posibilidades de manipular el clima para utilizarlo como arma. Que el objetivo explícito de una tecnología sea “combatir el cambio climático” no garantiza que su uso se limite sólo a esa aplicación. El historiador James Fleming sostiene que si alguien puede controlar el termostato de la Tierra, esto puede y será utilizado con fines militares. Incluso antes de su uso hostil, cualquier estado o actor que afirme ser capaz de alterar los patrones climáticos globales tendrá una poderosa moneda de cambio geopolítica con la que amenazar e intimidar. [18]

La geoingeniería solar es la excusa perfecta para la inacción ante el cambio climático 

La geoingeniería solar y la geoingeniería en general funcionan como una “excusa perfecta” tanto para negacionistas del cambio climático, como para industrias y gobiernos que buscan evitar los costos políticos de las reducciones de carbono y continuar con sus negocios como siempre. Para quienes buscan paralizar una acción climática significativa, el desarrollo activo de herramientas y experimentos  de geoingeniería se presenta como la vía preferida para abordar el cambio climático y se utiliza como argumento para suavizar las restricciones que se deben imponer a las industrias que emiten grandes cantidades de carbono. Esta argumentación ya es usada por centros de estudio conservadores en Estados Unidos, como el American Enterprise Institute.

Además, una vez desplegada la geoingeniería solar, su interrupción repentina provocaría un efecto de terminación que aumentaría rápidamente las temperaturas, creando  una situación peor que antes de su despliegue. Por tanto, la geoingeniería solar crearía dependencia y mercados cautivos. [19]

La gobernanza de la geoingeniería solar parece ser imposible 

Existe una moratoria de facto sobre la geoingeniería relacionada con el clima en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés), que articula claramente la necesidad de un mecanismo regulador global y transparente para la gobernanza antes de que se considere la experimentación.196 países están de acuerdo en que se requiere un mecanismo multilateral porque reconocen que los impactos potenciales y los efectos secundarios de la geoingeniería estarán injustamente distribuidos globalmente. 

Dado que la geoingeniería solar podría ser una herramienta para controlar el termostato de la Tierra que usen quienes tienen los recursos legales, económicos y tecnológicos, cualquier paso para hacer realidad esas capacidades debe ser acordado por consenso por todos los miembros de la ONU. Si todos los gobiernos pudieran ponerse efectivamente de acuerdo sobre una cuestión tan compleja, con tantos aspectos sociales, económicos, ambientales e intergeneracionales en juego, incluyendo cómo y quién asumirá el costo y la carga de los impactos negativos y los daños, y si los países tuvieran la capacidad de aplicar las medidas climáticas necesarias y acordadas, que exigen persistencia y coherencia durante décadas o incluso siglos, posiblemente no existiría la crisis climática, pues podrían haber acordado normas claras y vinculantes para detener el exceso de emisiones antes de que llegaran a la actual situación. Incluso el Acuerdo de París, que parece una milagrosa convergencia de voluntades políticas, sólo duró algunos meses tras entrar en vigor antes de que Estados Unidos, país que es el mayor emisor histórico de gases de efecto invernadero, declarara que no lo respetaría. 

El fracaso en lograr una gobernanza climática internacional justa y efectiva es un claro argumento en contra de seguir adelante con la geoingeniería y en particular con la geoingeniería solar, que es profundamente injusta y compleja y para la que hay escasas perspectivas de establecer el acuerdo que se necesitaría para gobernarla. Tal acuerdo requiere ser realmente democrático, tomar las decisiones por consenso, global y multilateral, (en todos esos casos porque de lo contrario, países poderosos o una mayoría puede imponer a otros que sufran los daños) jurídicamente vinculante y de siglos de duración. Sin un mecanismo de gobernanza justo, una vez desarrolladas las herramientas será extremadamente difícil —o imposible— impedir que actores y gobiernos poderosos las utilicen, para su conveniencia y/o en contra de otros países. Por tanto, la gobernanza más adecuada para la geoingeniería solar es la prohibición. 

Visión realista

Aunque los experimentos al aire libre se han opuesto con éxito en varios casos, lo que ha limitado la investigación a la modelización informática y a una serie de experimentos de campo a pequeña escala, SAI sigue considerándose la opción de geoingeniería solar más viable. En consecuencia, varios actores están trabajando duro para normalizar la investigación y los experimentos de SAI, lo que podría llevar a que la tecnología se desarrolle rápidamente. La cancelación del proyecto SCoPEx es el ejemplo más destacado de la eficacia de la oposición de la sociedad civil a la geoingeniería solar.

Lectura complementaria

Para más información sobre la inyección estratosférica de aerosoles, ScoPEx y la gobernanza de la geoingeniería solar, consulte: 

Notas finales

[1] Jones et al. (2017) Impactos de la geoingeniería solar hemisférica en la frecuencia de ciclones tropicales, en: Nat Commun, Vol. 8 (1382), https://doi.org/10.1038/s41467-017-01606-0; Fuhr (2019) Geoingeniería en UNEA-4: ¿Por qué los SDGs requieren un debate de gobernanza basado en la precaución, los derechos y la equidad?, en IISD, SDG Knowledge Hub, publicado en línea: 5 de marzo de 2019,  http://sdg.iisd.org/commentary/guest-articles/geoengineering-at-unea-4-why-the-sdgs-require-a-governance-debate-based-on-precaution-rights-and-fairness/; Robock, et al. (2010) ¿Una prueba para la geoingeniería?, en: Science, Vol. 327(5965): 530 – 531, http://doi.org/10.1126/science.1186237 

[2] Stephens y Surprise (2019) Las injusticias ocultas del avance de la investigación en geoingeniería solar, en: Global Sustainability, Vol. 3: 1 – 6, https://doi.org/10.1017/sus.2019.28; Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería, https://map.geoengineeringmonitor.org/; Kravitz y MacMartin (2020) La incertidumbre y la base de la confianza en la investigación en geoingeniería solar, en: Nat Rev Earth Environ, Vol. 1: 64 -75, https://doi.org/10.1038/s43017-019-0004-7 

[3] Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Fondo para la Investigación Innovadora en Clima y Energía (FICER), https://map.geoengineeringmonitor.org/other/fund-for-innovative-climate-and-energy-research-ficer/; Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Programa de Investigación de Geoingeniería Solar de Harvard, https://map.geoengineeringmonitor.org/other/harvard_s-solar-geoengineering-research-program/ 

[4] Keith, et al. (2014) Experimentos de campo sobre geoingeniería solar: informe de un taller que explora un portafolio de investigación representativo, en: Phil. Trans. R. Soc. A, Vol. 372(2031), https://doi.org/10.1098/rsta.2014.0175 

[5] Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx), https://map.geoengineeringmonitor.org/Solar-Radiation-Management/stratospheric-controlled-perturbation-experiment-scopex/  

[6] Pierrehumbert (2017) El problema de los geoingenieros “hackeando el planeta”, en Bulletin of the Atomic Scientists, publicado el 23 de junio de 2017, https://thebulletin.org/2017/06/the-trouble-with-geoengineers-hacking-the-planet/ 

[7] Zundel (2017) Administración Trump: ¿una administración de geoingeniería?, informe del grupo ETC, 28 de marzo de 2017, www.etcgroup.org/content/trump-administration-geoengineering-administration 

[8] Associated Press (2012) Los temores sobre el cambio climático son exagerados, dice el jefe de ExxonMobil, en: The Guardian, 28 de junio de 2012, www.guardian.co.uk/environment/2012/jun/28/exxonmobil-climate-change-rex-tillerson; Grupo ETC (2017) Sociedad civil: “Las empresas petroleras no deberían ser las autoras del informe del IPCC”, publicado el 3 de mayo de 2017, https://www.etcgroup.org/content/open-letter-ipcc-108-civil-society-organizations 

[9] Hone (2017) El tabú de la geoingeniería, en: EnergyPost, 26 de junio de 2017, http://energypost.eu/the-geo-engineering-taboo/ 

[10] Blackstock, et al. (2009) Respuestas de ingeniería climática a las emergencias climáticas, Novim, https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/0907/0907.5140.pdf 

[11] Fora.tv (2010) Geoingeniería: ¿Salvación global o ruina? , Podcast de audio producido por Commonwealth Club of California, https://www.commonwealthclub.org/events/archive/podcast/geo-engineering-global-salvation-or-ruin 

[12] Kravitz y MacMartin (2020); Robock, et al. (2015) 20 razones por las que la geoingeniería puede ser una mala idea, en: Bulletin of the Atomic Scientists, Vol. 64(2):14 – 59, https://doi.org/10.1080/00963402.2008.11461140 

[13] Radford (2013) La geoingeniería podría provocar sequía en el Sahel, en: Climate Home News, 2 de abril de 2013, http://www.climatechangenews.com/2013/04/02/geoengineering-could-cause-drought-in-sahel/ 

[14] Jones, et al. (2017)

[15] Robock (2014), Geoingeniería de aerosoles estratosféricos, en: Issues in Environmental Science and Technology, Vol. 38, http://climate.envsci.rutgers.edu/pdf/RobockStratAerosolGeo.pdf 

[16] Heckendorn, et al. (2009) El impacto de los aerosoles de geoingeniería en la temperatura estratosférica y el ozono, en: Environ. Res. Lett., Vol. 4(4), https://doi.org/10.1088/1748-9326/4/4/045108; Trisos, et al. (2018) Consecuencias potencialmente peligrosas para la biodiversidad por la implementación y finalización de la geoingeniería solar, en Nature Ecology & Evolution, Vol 2, https://doi.org/10.1038/s41559-017-0431-0 

[17] Effiong y Neitzel (2016) Evaluación de los impactos directos en la salud pública y ocupacional de la gestión de la radiación solar con aerosoles estratosféricos, en: Environ. Health, Vol. 15 (7), https://doi.org/10.1186/s12940-016-0089-0 

[18] Fleming (2010) Arreglando el cielo: la accidentada historia del control del clima y del tiempo, Columbia University Press, New York, ISBN 9780231144131; Stephens y Surprise (2019); Heyen, et al. (2019) Implicaciones estratégicas de la contra-geoingeniería: ¿Choque o cooperación?, en Journal of Environmental Economics and Management, Vol 95, https://doi.org/10.1016/j.jeem.2019.03.005 

[19] Grupo ETC (2010) Geopiratería: El caso contra la geoingeniería, Comunicado 103, http://etcgroup.org/content/geopiracy-case-against-geoengineering; Robock (2014)

[20] Grupo ETC y Fundación Heinrich Böll (2020) Mapa de Geoingeniería: Experimento de campo en Rusia, https://map.geoengineeringmonitor.org/Solar-Radiation-Management/field-experiment-in-russia/