Un experimento secreto de geoingeniería marina frente a la costa de Cornualles genera resistencia en la comunidad

July 29, 2024

Por Senara Wilson HodgesKeep Our Sea Chemical Free y El Grupo de Escrutinio del Carbono de Cornualles

Los residentes locales de la bahía de St Ives si sienten muy orgullosos y son muy protectores de la zona. El lugar es uno de los entornos costeros más bellos del Reino Unido, flanqueado por galardonadas playas doradas y famoso por su mar turquesa. 

La bahía es el hogar de una gran cantidad de crustáceos, algas, peces, aves marinas, delfines y una preciosa población de focas grises. Las ballenas jorobadas y Minke visitan la costa regularmente durante su migración. Así que, en marzo de 2023, cuando empezaron a circular rumores sobre las pruebas químicas en la bahía, muchos de nosotros no podíamos creerlo. 

¿Eran noticias falsas? ¿Una broma? Nuestra única fuente de información era un artículo en el periódico The Times al que la mayoría no podíamos acceder sin pagar.  Empezaron a circular extraños fragmentos de información: se trataba de una empresa canadiense que importaba residuos mineros de China, que luego se vertían en nuestro mar como una especie de solución tecnológica a la crisis climática. Elon Musk había desembolsado un millón de dólares para Planetary Technologies, la empresa que encabeza todo. Lo más sorprendente era que ya se había llevado a cabo un experimento secreto y otro estaba a punto de suceder. 

La comunidad que vivimos alrededor de la bahía de St Ives no podíamos creer que esto nos estuviera sucediendo a nosotros y nosotras. Fue tan repentino, tan totalmente inesperado y los conceptos eran tan extraños, que parecían sacados de una película de ciencia ficción.

Esta fue nuestra introducción a la mejora de la alcalinidad oceánica: una forma de geoingeniería marina que introduce alcalinidad en el mar para facilitar la extracción de dióxido de carbono de la atmósfera. En nuestro caso, Planetary Technologies había añadido hidróxido de magnesio como lodo a las aguas residuales vertidas en la bahía de St Ives y planeaban ampliar significativamente el proceso. Se trataba de una operación internacional en la que los residuos mineros se enviaban desde China a Houston, en Texas, y luego a Cornualles, en el extremo suroeste del Reino Unido.

Fuimos los últimos en saberlo. No sabíamos qué hacer. ¿Quién estaba a cargo de todo esto y cómo podíamos expresar nuestras preocupaciones?  Planetary Technologies comenzó a difundir información, pero ¿dónde estaban los expertos independientes que ayudaban a evaluarla? ¿Dónde estaban los reguladores? ¿Cuál fue el trato con South West Water, la compañía de agua que facilitó esto y, por cierto, una empresa con uno de los peores registros de contaminación de aguas residuales en el país? 

Nos sentíamos impotentes como individuos, así que empezamos a organizarnos. 

Un experimentado activista ambiental creó un grupo de correo electrónico y entre nosotros recopilamos todas las comunicaciones, recursos y conversaciones relevantes. Más tarde, este grupo se convertiría en el Grupo de Escrutinio de Carbono de Cornualles. Ahora teníamos una estructura, y una forma de seguir la historia cambiante que nos estaban contando. Vimos las contradicciones y las inexactitudes y cotejamos las respuestas a las preguntas formuladas a la empresa. Entre nosotros, desentrañamos el modelo de negocio detrás de Planetary Technologies: resultó que ya habían vendido créditos de carbono a Shopify. Esto fue alucinante: nuestra bahía había sido monetizada y vendida sin el conocimiento o consentimiento de la población local. Indagamos bajo la retórica tranquilizadora de Planetary para comprender la profunda incertidumbre y el riesgo que plantea la mejora de la alcalinidad oceánica. Nos dimos cuenta de que había una conversación global más amplia en torno a la geoingeniería y la crisis climática, así como a los problemas específicos relacionados con las pruebas en la bahía de St Ives.

Al mismo tiempo, surgió un grupo de personas de base que vivía muy cerca de la bahía de St Ives. Nos llamamos a nosotros mismos Keep Our Sea Chemical Free

Hay algo en vivir en una conexión tan cercana con un lugar natural que crea una respuesta emocional cuando se siente amenazado, especialmente cuando esa amenaza proviene de personas tan remotas y desconectadas de la comunidad. Apoyarse emocionalmente era tan importante como entender la ciencia. Decidimos organizar un día de protesta e información, para hacer oír nuestras voces y fomentar la solidaridad y el compañerismo de la comunidad. El resultado fue una de las mayores protestas de la comunidad local de los últimos tiempos. Cientos de personas se reunieron en las dunas con vistas a la bahía de St Ives para escuchar discursos y expresar su profunda preocupación por nuestro ecosistema marino. Fue un momento crucial: comprendimos que juntos podríamos ser capaces de cambiar lo que parecía inevitable. De repente éramos visibles y estábamos en el mapa de los medios de comunicación con impresionantes fotografías, portavoces y una red de apoyo en expansión de científicos y ONG. Pero más que todo esto, la protesta fue una hermosa celebración de la comunidad y la naturaleza, que creó nuevas e importantes conexiones y amistades dentro de nuestra comunidad.

Planetary Technologies había presionado mucho para comenzar nuevamente con las pruebas, pero la Agencia de Medio Ambiente (nuestro organismo regulador en Reino Unido que, en ausencia de alguien más, de repente estaba a cargo de la geoingeniería) había exigido una pausa e información más detallada. Sabíamos que el alboroto de nuestra comunidad hizo que esto sucediera. Nuestra respuesta no fue solo de oposición: el brillante Seal Research Trust, con sede en la bahía de St Ives, encabezó los esfuerzos para comunicarse con los reguladores y las empresas involucradas. Instigaron reuniones de colaboración durante las cuales introdujeron perspectivas y preocupaciones científicas más amplias. También hablamos con periodistas, organismos gubernamentales y presentamos información a la ONU.

Un año después no ha habido más pruebas en la bahía. Pero no tenemos la certeza de que esto no vaya a cambiar. Planetary Technologies y South West Water afirman que comenzarán a realizar ensayos nuevamente en 2025. 

Mientras tanto, nuestra comunidad sigue colaborando, protestando y creando. Nadamos, surfeamos, buceamos y caminamos por las playas y acantilados. Nos maravillamos con las magníficas focas, delfines, ballenas y aves marinas, así como con las piscinas de roca y medusas. Y presentamos este precioso hábitat a los numerosos visitantes que también aman este lugar y son la columna vertebral de la economía local.

Hasta donde sabemos, la bahía de St Ives es uno de los primeros lugares en los que se ha probado la mejora de la alcalinidad oceánica en mar abierto. El hecho de que se hiciera en secreto por una empresa que ya había vendido créditos de carbono muestra el vacío de regulación y conocimiento en el que operan las empresas con fines de lucro.

Por el momento, solo las comunidades empoderadas pueden detenerlos.

Foto: Bahía de St. Ives en Cornualles, Reino Unido, foto de James Warbey

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